De vuelta con el miedo al hablar en público

Cuando tenemos que preparar una presentación relacionada a un contexto público, tenemos siempre la idea de salir de centro o peor aun no desear salir jamás. A decir verdad más del 99 % perecen de este padecimiento psicológica. Como siempre hemos dicho, la práctica nos ayudará a controlar el nerviosismo, aunque es verdad que hay quien nunca aprende.

El Miedo a hablar en público, el Pánico a hablar delante de una audiencia o prestar un servicio al público. Este es un tema recurrente, yo diría que uno de los principales que impide a la gente hablar bien en público. La solución no es automática, pero tampoco es difícil.

Cuando estamos en un lugar confiado (en la casa, con los amigos), actuamos de manera coherente con la misma, donde no se advierte ni un solo momento de miedo ni tampoco nerviosismo. Sin embargo si sentimos miedo al hablar en público, en consecuencia se observa claramente que tenemos miedo, inexplicablemente nuestro cerebro acta de una manera indiferente, empezamos a sudar, a mover los pies, las manos, etc.

El primer paso para perder el miedo a hablar en público es no transmitir ese miedo. Nadie sabe nuestro estado interior, todo el público espera un resultado en la que les genere mucha expectativa, por lo que pensar en que el orador estará nervioso o no, carece de relevancia para ellos.

Entonces tenemos que empezar a practicar con un espejo o una cámara cuando hables en público, y observa los gestos que haces. Luego intenta identificarlos y anularlos conscientemente algunos errores en las cuales solo tú te percatas.

Entonces decimos que cuanto más evitamos el miedo, más nos controla. Aunque te aterrorice fuérzate a cómo hablar en público. Primero con gente de confianza, luego pequeños grupos y luego mayores. Empieza por temas que domines muy bien y extiéndete a otros. Habla en círculo con tus amigos y piensa que estás hablando en público. Recuerda e interioriza lo que sentirás la primera vez que creas que has hablado bien en público. Guarda esa sensación y colócala como objetivo en tu próxima presentación.

Y recuerda lo que dijo Shakespeare en Hamlet: ¿Qué es más levantado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?

Tú decides!! Si quieres ser parte de este maravilloso arte de la palabra y saber más sobre cómo hablar en público, contáctanos…

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